Comprar ropa es un gasto como cualquier otro. Se trata de una necesidad concreta para la que disponemos de un presupuesto determinado. Aunque dejes un cierto colchón financiero para las ocasiones en las que te apetezca derrochar, al comprar ropa es mejor evitar la posible bancarrota y los remordimientos. Por lo tanto, recomendamos mantener una estrategia disciplinada y comprar solo lo necesario y al mejor precio. ¿Cómo hacerlo? Te lo explicamos.
Visión de futuro
Antes de empezar a comprar, determina bien lo que necesitas y qué aspecto quieres conseguir. No tiene sentido comprar la quinta falda negra seguida si tienes calcetines agujereados en el armario y te faltan pantalones decentes. Tampoco es de recibo comprar algo que no combine con nada de lo que ya tienes, ya que te verás en la obligación de comprar más artículos que combinen con el primero. Vete a la tienda a por una cosa concreta de un estilo específico.
Te recomendamos preparar previamente una lista de la compra con los productos necesarios para esta temporada. Así, solo comprarás en rebajas ciñéndote a estas necesidades. A veces, resulta más ventajoso pedir préstamos para conseguir el presupuesto necesario para comprar ropa de buena calidad que te dure más de una temporada. Sin duda es mucho mejor que comprar impulsivamente atuendos de baja calidad, ya que después del primer lavado seguro que pierden encanto.
Un lifting para tu armario
Un consejo atípico para ahorrar en compras es… No hacerlas. Tienes el armario lleno, pero no sabes qué ponerte, así que hay que comprar algo nuevo. Sin embargo, la realidad es que toda la ropa de tu armario quiere que te la pongas. Prácticamente todo se puede retocar a mano: coser, acortar, deshilar, rasgar, decorar… No son actividades complicadas y cuestan muy poco, aunque tengas que tirar de un sastre para hacer pequeños retoques. Al final, tu ropa será inimitable, te dará una gran satisfacción y tu bolsillo se resentirá bien poco.
Una segunda vida para tu armario
Actualmente se insiste mucho en no tirar nada, desde alimentos hasta ropa, pasando por artículos electrónicos. Todo se puede vender por internet o en los mercadillos de productos de segunda mano que se organizan en la mayoría de ciudades.
Algunas prendas también las puedes vender en el rastro, e incluso puedes encontrar algo que te mole. Últimamente los mercadillos de segunda mano están cada vez más cuidados, e incluso te puedes encontrar ropa bien cuidada, limpia y todavía con la etiqueta.
¡Pero también hay que comprar!
Recomendamos esperar con paciencia a las rebajas para complementar tu armario. Memoriza (o más bien apunta) el precio de los artículos que te interesen antes de las rebajas. No compres algo solo porque esté de rebajas, compra solo lo que necesitas.
También vale la pena aprovechar los cupones de descuento. Muchas tiendas, sobre todo si operan online, organizan campañas de descuentos (p. ej. apúntate al boletín y consigue un 20 % de descuento, el último viernes del mes pagas 15 % menos, si superas cierto importe pagas 10 % menos o el envío te sale gratis).
Últimamente también es muy popular comprar en una gran plataforma de ventas china. Los precios son increíblemente asequibles, los gastos de envío muy bajos y no dan problemas con las reclamaciones. El sentido común y la estrategia permiten comprar de forma razonable y económica. No obstante, eso no es óbice para que a veces podamos venirnos arriba y comprar algo especial. A veces :).